El país con ocho monedas distintas y ninguna propia

Durante los últimos cinco años, la mayoría de los habitantes de esta nación africana ha utilizado dólares estadounidenses y rands, la divisa sudafricana. Al mismo tiempo pulas de Botsuana y libras esterlinas británicas han circulado libremente de mano en mano.
Ahora el banco central permite también el uso de dólares australianos, rupias indias, yens de Japón y el yuan chino.
Por el momento los clientes de entidades financieras pueden abrir cuentas de banco en esas monedas, pero no hay mucho efectivo en circulación.
"Definitivamente pienso que se producirán confusiones por tantas divisas, los cajeros tendrán problemas para manejar tantas monedas al mismo tiempo", le dice a la BBC Denford Mutashu, gerente general de Food World, una cadena de supermercados con sucursales a nivel nacional.
Actualmente la mayoría de las tiendas en la capital, Harare, exhiben sus precios en dólares estadounidenses. Los rands son usados más comúnmente en Bulawayo, cerca de la frontera con Sudáfrica, y los cajeros consultan diariamente las tasas de cambio para las conversiones.

A la hora de comprar

La gobernadora del banco central, Chartiy Dhliwayo, cree que la decisión de aceptar más monedas atraerá más efectivo a Zimbabue, donde una crisis de liquidez ha provocado que algunos bancos hayan tenido de suspender los préstamos, dificultando las importaciones.
Pero existe preocupación de que con más divisas, las transacciones comerciales se vuelvan más tediosas, provocando extensas colas detrás de cajas y cajeros.
"Esperaremos a ver cómo funcionan las cosas. Los clientes quieren transacciones rápidas y sencillas, no verse involucrados en negociaciones cambiarias cuando están corriendo para subirse a un transporte que los lleve a casa o al trabajo", advierte Mutashu.
"La gente no tiene tiempo para perder, tenemos que encontrar la forma de acelerar sus compras", concluye el empresario.

No hay cambio

El banco central informó que durante las semanas de compras navideñas, cuando se produjo una severa sequía de efectivo, aumentó la falsificación de monedas.
Debido a las complejidades del múltiple sistema cambiario, existe temor ahora de que sea más fácil circular billetes falsos debido a lo poco familiar que son ciertas monedas para algunos sectores de la población local.
Sin embargo, puede ser que empiece a haber cambio en las tiendas, algo muy escaso en el país.
La crisis de liquidez en Zimbabue hace que muchos comerciantes suelan dar, como cambio, dulces, minutos para el teléfono celular y hasta condones.
"Si nos hace la vida más fácil está bien, porque por el momento no tenemos cambio", le dice a la BBC un comerciante mientras compra pan y vegetales en la sucursal de Food World de Harare.
Tawanda Huruwa, un minero artesanal, es más cauteloso ante la posibilidad de abrir cuentas de banco en cuatro monedas nuevas.
"Los bancos casi han congelado sus préstamos simplemente porque la economía está casi en terapia intensiva"
"Personalmente, como zimbabuense que hace negocios, no me siento cómodo usando esas monedas; lo que quiero ver es cómo los mismos bancos van a responder al uso de esas divisas".
"No me alegra que permitan usar esas monedas", agrega Cuthbert, un taxista de 45 años que no tiene problemas en explayarse sobre su preocupación:
"No conocemos esas monedas, ni siquiera las tasas de cambio, no pienso que sea necesaria usarlas y hasta los bancos pueden mentirnos".
Su colega Farayi, 25 años menor, interpreta la introducción del yuan como un reflejo de la mayor influencia china en la economía nacional.
"Ellos tratan de quedarse con todos los mercados africanos. En cierto sentido es una forma de colonización. ¿Cómo nos beneficiamos con la moneda china? Esa es la gran pregunta. Porque hasta el momento ellos no están dejando su dinero en Zimbabue sino todo lo contrario, se están llevando todo el dinero de aquí".

Problemas endémicos

Un vendedor de autos usados local que vive la mayor parte del año en Japón dice que el sistema cambiario múltiple es una ventaja para él.
"Tenemos la opción de usar diferentes divisas según el cliente que tengamos", dice este hombre de negocios y añade:
"Seremos inmunes a las constantes fluctuaciones cambiarias si operamos con las mismas monedas en nuestras cuentas en Japón y Zimbabue".
Pero el economista Christopher Mugaga cree que la introducción de más monedas extranjeras no es la solución para los problemas económicos del país, con su desempleo crónico y su sector manufacturero en declive.
"Traer más divisas del exterior no ayuda a ninguna economía. Uno escucha que empresas quiebran, compañías cierran, la falta de empleo crece constantemente. Los bancos casi han congelado sus préstamos simplemente porque la economía está casi en terapia intensiva", opina ante los micrófonos de la BBC.

Nostalgia por la moneda propia

Una antigua cliente de Food World dice que la falta de efectivo, que hizo difícil la vida durante la temporada de fiestas, la volvió nostálgica del dólar zimbabuense.
"Queremos nuestra moneda, queremos el dinero de Zimbabue", se lamenta.
El año pasado, durante la campaña electoral, aliados del presidente Robert Mugabe presintieron que por parte de un sector de la población había un deseo de volver a la moneda propia y alertaron a sus compatriotas de un posible regreso a la hiperinflación, que fue detenida con la introducción de divisas extranjeras.
La gobernadora del banco central ha dejado claro que la institución no tiene pensado emitir nueva moneda, y para el economista Mugaga esa posibilidad es "inimaginable".
Pero eso no significa para él que la situación esté bien como está actualmente.
"Será un año muy duro y difícil para el zimbabuense de a pie", advierte el economista

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