El fin de la economía mundial tal y como la conocemos
Mientras EEUU y el resto del mundo discuten sobre las enfermedades de Hillary Clinton y los comentarios sexistas de Donald Trump, la economía de EEUU, Japón y Europa se está derrumbando y podría no soportar una nueva crisis, asegura Bob Honnelly, columnista de Salon.
"Existen evidencias crecientes de que el consenso posterior a la II Guerra Mundial que creó el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se está desmoronando, y al mismo tiempo, la economía mundial está enfrentando 'vientos en contra' que se han estado gestando por décadas", explica metafóricamente el experto. Los números y el crecimiento económico a nivel mundial siguen cayendo y los principales banqueros de Europa, Japón y EEUU no tienen nuevas ideas para volver a los índices de crecimiento anteriores a 2008. Ahora, el peligro de que se produzca una recesión global combinada con una deuda pública y privada de miles de billones de dólares está más latente que nunca, opina el experto. Noticias como el posible rescate financiero que podría necesitar el Deutsche Bank o el hecho de que los ingresos de dos tercios de la población, en 25 países con economías avanzadas, no hayan crecido e incluso hayan descendido, solo ayudan "a que desaparezca la fe en la creencia neoliberal, posterior a la II Guerra Mundial, de que solo índices crecientes de intercambio comercial a nivel mundial, posibles gracias al Banco Mundial y al FMI, son el camino hacia una prosperidad masiva". Ejemplo de esto es el resultado del referéndum del Brexit, detalla Honnelly. En EEUU, "el modelo de comercio globalizado promovido por el Banco Mundial y el FMI como la base de un mundo más próspero ha sido rechazado por muchos de los votantes, que lo consideran un timo, habiendo sido testigos del declive de muchas ciudades norteamericanas que fueron alguna vez centros de innovación e industria", prosigue el artículo. Esa desindustrialización, junto a la acumulación de bienes por parte de unos pocos y a la increíble deuda estatal de EEUU, es lo que ha permitido que Trump, con su discurso populista, se pusiera a la cabeza del partido republicano, revela el columnista. "No puedes evitar sentir que estamos en un tren sin frenos", resume Honnely.
Por ahora, a pesar de los años de estímulo económico y de tasas de interés al 0% que siguieron a la gran recesión, los índices de crecimiento económico continúan en niveles históricamente bajos, no solo en EEUU, sino también en Japón y Europa. Esta semana, el Banco Mundial y el FMI se reúnen, un año después de que el FMI advirtiera acerca de un 'exceso de préstamos' en los mercados emergentes valorado en 3,3 billones de dólares. Por otro lado, la deuda nacional de EEUU en 2015 alcanzó los 19 billones de dólares. Mientras tanto, en el mundo aún hay 1.200 millones de personas que viven en extrema pobreza —con menos de 1,25 dólares al día—, y la brecha entre ricos y pobres continúa creciendo dramáticamente. "Mientras tanto —dice para concluir el analista—, en un mundo paralelo, alejado del mundo que está al borde de sufrir una burbuja de deuda mundial, EEUU se concentra en los correos perdidos de Hillary Clinton y en los impuestos no pagados por Donald Trump".
Más: https://mundo.sputniknews.com/economia/201610091063993689-economia-mundo-mundial/
"Existen evidencias crecientes de que el consenso posterior a la II Guerra Mundial que creó el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se está desmoronando, y al mismo tiempo, la economía mundial está enfrentando 'vientos en contra' que se han estado gestando por décadas", explica metafóricamente el experto. Los números y el crecimiento económico a nivel mundial siguen cayendo y los principales banqueros de Europa, Japón y EEUU no tienen nuevas ideas para volver a los índices de crecimiento anteriores a 2008. Ahora, el peligro de que se produzca una recesión global combinada con una deuda pública y privada de miles de billones de dólares está más latente que nunca, opina el experto. Noticias como el posible rescate financiero que podría necesitar el Deutsche Bank o el hecho de que los ingresos de dos tercios de la población, en 25 países con economías avanzadas, no hayan crecido e incluso hayan descendido, solo ayudan "a que desaparezca la fe en la creencia neoliberal, posterior a la II Guerra Mundial, de que solo índices crecientes de intercambio comercial a nivel mundial, posibles gracias al Banco Mundial y al FMI, son el camino hacia una prosperidad masiva". Ejemplo de esto es el resultado del referéndum del Brexit, detalla Honnelly. En EEUU, "el modelo de comercio globalizado promovido por el Banco Mundial y el FMI como la base de un mundo más próspero ha sido rechazado por muchos de los votantes, que lo consideran un timo, habiendo sido testigos del declive de muchas ciudades norteamericanas que fueron alguna vez centros de innovación e industria", prosigue el artículo. Esa desindustrialización, junto a la acumulación de bienes por parte de unos pocos y a la increíble deuda estatal de EEUU, es lo que ha permitido que Trump, con su discurso populista, se pusiera a la cabeza del partido republicano, revela el columnista. "No puedes evitar sentir que estamos en un tren sin frenos", resume Honnely.
Por ahora, a pesar de los años de estímulo económico y de tasas de interés al 0% que siguieron a la gran recesión, los índices de crecimiento económico continúan en niveles históricamente bajos, no solo en EEUU, sino también en Japón y Europa. Esta semana, el Banco Mundial y el FMI se reúnen, un año después de que el FMI advirtiera acerca de un 'exceso de préstamos' en los mercados emergentes valorado en 3,3 billones de dólares. Por otro lado, la deuda nacional de EEUU en 2015 alcanzó los 19 billones de dólares. Mientras tanto, en el mundo aún hay 1.200 millones de personas que viven en extrema pobreza —con menos de 1,25 dólares al día—, y la brecha entre ricos y pobres continúa creciendo dramáticamente. "Mientras tanto —dice para concluir el analista—, en un mundo paralelo, alejado del mundo que está al borde de sufrir una burbuja de deuda mundial, EEUU se concentra en los correos perdidos de Hillary Clinton y en los impuestos no pagados por Donald Trump".
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