Se paraliza la construcción por la falta de precios
El presupuesto era más caro de lo que pensaba, pero Mercedes G. ya estaba convencida. Había acordado a fines de noviembre pagar $ 200.000 por los hierros para la obra de la casa que está por empezar a construir en un barrio cerrado de Tigre. Pero cuando fue con el dinero, en la empresa que vende hierros y hormigón le dijeron que no iban a entregarle la mercadería. "No sabemos lo que va a pasar, hoy por hoy no hay precio", esgrimieron como argumento.
Presupuestos que apenas tienen 24 horas de vigencia, locales sin precios exhibidos y faltantes de todo tipo se han transformado en una constante en la industria de la construcción. Porque no hay stocks debido a la cantidad de gente que buscó anticiparse a posibles subas de precios o porque las empresas están optando por almacenar la mercadería a la espera de una definición sobre el tipo de cambio, en los últimos días conseguir materiales para construir es una odisea, incluso aquellos de fabricación nacional.
"Esto empezó hace dos semanas", dice Darío López, socio de Arquitectónika, un estudio de arquitectura y desarrollador, que hoy tiene 10 edificios en construcción en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires. "Primero, con los productos que tenían valor dólar, como el aluminio, las calderas y la iluminación, empezaron a decirnos que si los queríamos había que pagar todo en efectivo al día porque iban a aumentar. Y en lo que tenías financiación, pedían todo, hasta la mano de obra, 100% al día. Después empezaron a escasear las bombas, el yeso, y pasó el problema a los productos de la obra húmeda. Ahora, directamente no te entregan y te dicen que te devuelven la plata. Pasa lo mismo con la pintura."
La industria de la construcción suele ser una de las que replican con mayor fidelidad los movimientos de precios de la economía. No es de extrañar, así, que tras la relajación de los controles del gobierno saliente y ante la expectativa de una devaluación, que ya desató ajustes de precios en alimentos y productos de consumo masivo, muchas empresas del sector hayan optado por tomar recaudos.
Los economistas coinciden en que es razonable la suba de precios, dado que gran parte de los insumos de este sector tienen precios dolarizados.
"Lo que está pasando es la respuesta esperada al anticipo de la devaluación. En 2014 pasó lo mismo: el que tiene un producto no lo vende, porque no tiene precio", señala Luciano Cohan, economista de la consultora Elypsis.
Para Jorge Todesca, designado por el gobierno de Mauricio Macri director del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), no todo el fenómeno se explica por la inminente devaluación, dado que en la industria también hay mucho de producción nacional. "Se ha armado una suerte de posicionamiento preelectoral. Hay como un clima de posicionarse y tomar ventaja antes de que llegara el próximo gobierno. En algunos casos, más legítimo, dado que no saben a qué precio van a reponer; en otros, más especulativo. Acá somos muy rápidos para eso, y es fácil que se contagie a todas las cadenas de producción", opina el economista.
Después de un 2014 muy flojo, la industria de la construcción mostró una fuerte recuperación a lo largo de todo este año. La estabilidad que el gobierno de Cristina Kirchner le imprimió forzadamente al dólar en el mercado paralelo ayudó a que la reactivación se consolidara a partir de las elecciones primarias, y sobre todo tras la primera vuelta. Desde entonces, muchos consumidores intentaron anticipar sus compras de materiales para fijar el costo de sus obras.
Esa sobredemanda coincidió con un momento del año en el que siempre suele haber más actividad en la industria, dado que arquitectos y desarrolladoras buscan tener terminados sus proyectos antes del fin de año. Muchas empresas, por su parte, tienen el hábito de frenar toda la producción en las semanas de las Fiestas, hasta enero. De ahí que algunos proveedores usen como argumento la falta de stock a la hora de explicar la falta de entregas.
"Hubo una reactivación que no se puede realizar porque no hay material", dice, no obstante, López. "Vemos que hay un par de obras paradas. Eso no se vio ni en el peor momento del año pasado. Ahora que se vendió más, hay obras paradas. Es un momento de zozobra", asegura.
Camilo Tiscornia, economista de la consultora C&T Asesores, no descarta que por la falta de insumos, y además por el deterioro de los pagos en el sector público, la construcción muestre una desaceleración este mes. "La construcción se fue acelerando todo el año. El gasto público jugó fuerte y después cierta estabilidad en el dólar blue, sobre todo entre las PASO y la primera vuelta. Pero estamos viendo, con los datos de gasto público, que se frena el gasto base caja, y eso es que están dejando de pagar a proveedores. Creo que la actividad va a terminar el año medio pinchada, entre esta especulación y la devaluación que se espera", sentencia el especialista.
Presupuestos que apenas tienen 24 horas de vigencia, locales sin precios exhibidos y faltantes de todo tipo se han transformado en una constante en la industria de la construcción. Porque no hay stocks debido a la cantidad de gente que buscó anticiparse a posibles subas de precios o porque las empresas están optando por almacenar la mercadería a la espera de una definición sobre el tipo de cambio, en los últimos días conseguir materiales para construir es una odisea, incluso aquellos de fabricación nacional.
"Esto empezó hace dos semanas", dice Darío López, socio de Arquitectónika, un estudio de arquitectura y desarrollador, que hoy tiene 10 edificios en construcción en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires. "Primero, con los productos que tenían valor dólar, como el aluminio, las calderas y la iluminación, empezaron a decirnos que si los queríamos había que pagar todo en efectivo al día porque iban a aumentar. Y en lo que tenías financiación, pedían todo, hasta la mano de obra, 100% al día. Después empezaron a escasear las bombas, el yeso, y pasó el problema a los productos de la obra húmeda. Ahora, directamente no te entregan y te dicen que te devuelven la plata. Pasa lo mismo con la pintura."
La industria de la construcción suele ser una de las que replican con mayor fidelidad los movimientos de precios de la economía. No es de extrañar, así, que tras la relajación de los controles del gobierno saliente y ante la expectativa de una devaluación, que ya desató ajustes de precios en alimentos y productos de consumo masivo, muchas empresas del sector hayan optado por tomar recaudos.
Los economistas coinciden en que es razonable la suba de precios, dado que gran parte de los insumos de este sector tienen precios dolarizados.
"Lo que está pasando es la respuesta esperada al anticipo de la devaluación. En 2014 pasó lo mismo: el que tiene un producto no lo vende, porque no tiene precio", señala Luciano Cohan, economista de la consultora Elypsis.
Para Jorge Todesca, designado por el gobierno de Mauricio Macri director del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), no todo el fenómeno se explica por la inminente devaluación, dado que en la industria también hay mucho de producción nacional. "Se ha armado una suerte de posicionamiento preelectoral. Hay como un clima de posicionarse y tomar ventaja antes de que llegara el próximo gobierno. En algunos casos, más legítimo, dado que no saben a qué precio van a reponer; en otros, más especulativo. Acá somos muy rápidos para eso, y es fácil que se contagie a todas las cadenas de producción", opina el economista.
Después de un 2014 muy flojo, la industria de la construcción mostró una fuerte recuperación a lo largo de todo este año. La estabilidad que el gobierno de Cristina Kirchner le imprimió forzadamente al dólar en el mercado paralelo ayudó a que la reactivación se consolidara a partir de las elecciones primarias, y sobre todo tras la primera vuelta. Desde entonces, muchos consumidores intentaron anticipar sus compras de materiales para fijar el costo de sus obras.
Esa sobredemanda coincidió con un momento del año en el que siempre suele haber más actividad en la industria, dado que arquitectos y desarrolladoras buscan tener terminados sus proyectos antes del fin de año. Muchas empresas, por su parte, tienen el hábito de frenar toda la producción en las semanas de las Fiestas, hasta enero. De ahí que algunos proveedores usen como argumento la falta de stock a la hora de explicar la falta de entregas.
"Hubo una reactivación que no se puede realizar porque no hay material", dice, no obstante, López. "Vemos que hay un par de obras paradas. Eso no se vio ni en el peor momento del año pasado. Ahora que se vendió más, hay obras paradas. Es un momento de zozobra", asegura.
Camilo Tiscornia, economista de la consultora C&T Asesores, no descarta que por la falta de insumos, y además por el deterioro de los pagos en el sector público, la construcción muestre una desaceleración este mes. "La construcción se fue acelerando todo el año. El gasto público jugó fuerte y después cierta estabilidad en el dólar blue, sobre todo entre las PASO y la primera vuelta. Pero estamos viendo, con los datos de gasto público, que se frena el gasto base caja, y eso es que están dejando de pagar a proveedores. Creo que la actividad va a terminar el año medio pinchada, entre esta especulación y la devaluación que se espera", sentencia el especialista.