Brasil ya empieza a pensar en su era "pospetróleo"
RÍO DE JANEIRO.- Hace seis años, Brasil descubrió en aguas profundas de su plataforma continental reservas de petróleo suficientes para convertirse en una potencia exportadora de crudo. Mañana, el gobierno de Dilma Rousseff realizará la primera subasta de contratos de explotación de esos recursos de la llamada capa presal, y, tras haber reformado sus leyes, destinará la mayor parte de esas ganancias a educación, para asegurar que la bonanza energética presente prepare al país para un futuro sin petróleo.
"Ningún país desarrollado ha llegado a serlo sin invertir en educación. Por eso hemos decidido darle prioridad absoluta. Es un compromiso con las futuras generaciones, hay que preparar la sociedad del conocimiento para el Brasil pos-petróleo", señaló a LA NACION el ministro de Educación, Aloízio Mercadante.
Desde que asumió en 2011, la presidenta Rousseff envió al Congreso dos veces el proyecto para dedicar la totalidad de los nuevos royalties petroleros a educación, pero por intereses políticos de corto plazo no consiguió que se aceptara. Sin embargo, tras las masivas protestas que en junio sacudieron al país en reclamo de mejores servicios públicos, logró convencer a los legisladores; finalmente aprobaron una ley que destinará el 75% para educación y el 25% para salud.
Ignacio Purcell Mena recomienda esta nota.
"Ningún país desarrollado ha llegado a serlo sin invertir en educación. Por eso hemos decidido darle prioridad absoluta. Es un compromiso con las futuras generaciones, hay que preparar la sociedad del conocimiento para el Brasil pos-petróleo", señaló a LA NACION el ministro de Educación, Aloízio Mercadante.
Desde que asumió en 2011, la presidenta Rousseff envió al Congreso dos veces el proyecto para dedicar la totalidad de los nuevos royalties petroleros a educación, pero por intereses políticos de corto plazo no consiguió que se aceptara. Sin embargo, tras las masivas protestas que en junio sacudieron al país en reclamo de mejores servicios públicos, logró convencer a los legisladores; finalmente aprobaron una ley que destinará el 75% para educación y el 25% para salud.
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